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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Crimson & Clover

Justo empezó a llover, primero chispeaba, pero al poco tiempo parecían estar tirando barreños enteros de agua. Aún así, no pudo moverse, estaba totalmente inmóvil, parecía tener la mente demasiado quieta y el corazón demasiado herido para decirle algo, lo que fuera, algo. Él la miraba, pensaba en como reaccionaria, le pegaría, le gritaría, ella era muy temperamental. A pesar de su escaso metro 60, bastaba con que alzara la voz para que todo el mundo callara, imponía con un solo levantamiento de ceja el respeto que un padre tarda años en conseguir sobre sus hijos.Pero en ese momento no era ella. Tenia todo el rimel desparramado por la cara, tampoco su camiseta y su chaqueta de cuero se salvaron de la lluvia, ni las botas militares. Siguió mirándole, sin poder gesticular nada. Él, temiendo lo peor, la cogió la mano, pero no fue correspondido. Ella recordó por que se había enamorado de él. Nunca fue la chica sentimental, no daba abrazos, ni besos si no era necesario, no soportaba que la cogieran de los brazos o las mano, ya que eso significaba que no tenía libertad. Pero sobretodo, jamás quiso de verdad a nadie, y cuando lo hizo, no supo decirlo, no quería decirlo. Entonces, de la manera más tonta, le conoció a él. Alto, guapo, pelo despeinado, y ojos negros, profundos. Cuándo le vio, pensó lo típico: demasiado para mi. Y la sorpresa que se llevó cuando el fue él quien la quería, fue cuanto menos, enorme. Él pudo cogerla de la mano, agarrarla de la cintura, besarle el cuello, y decirla te quiero al odio.Sí, esa fue la primera vez que se enamoró. ¿Quién iba a imaginar que alguien como el, querría a la bajita flacucha rebelde sin causa? Ella le dio todo. Hasta que un día, exactamente este día, alguien la llamo al teléfono. Las palabras tenemos que hablar retumbaron en su cabeza, ese tono lo conocía de antes, de cuando murió su abuela, de cuando su padre entró en el centro de desintoxicación, de cuando su madre se largo con su nuevo marido. Pero no lo había odio jamás de él. Cuando llegó al parque, estaba ya sentado en el banco, su banco, el mismo en el que pasaban las tardes. Ella fue a besarle, a decirle que todo estaba bien.él apartó la cara, no podía mirarla.Un pinchazo en su corazón la echo para atrás, se sentó y agarró su mano, fría como el hielo. Las únicas palabras que salieron de la boca de él fueron: Todo ha sido mentira.Ahí, en ese preciso instante, empezó a llover.Ella no podía pensar, oía como el la daba explicaciones imposibles: Mira, lo cierto es que yo no tenía planeado esto, verás, en realidad, yo ya tengo novia, a ti te conocí en verano, y me pareciste interesante, la cosa se lió, y acabé creyendo que te quería. Creyendo que te quería.Creyendo.Creyendo. Todo se fue a la mierda. A ella ya no le quedaba nada. No tenia unos padres con quien desahogarse, no tenia unas amigas con las que llorar, no tenía nadie que durmiera con ella por la noche. No tenía nada, excepto una caja de cigarros mentolados, una botella de vodka negro y un par de pastillas. Mientras ella permanecía en la lluvia, el se levantó  se fue, la dejo ahí, en puro estado de shock, Ella le siguió con la mirada, y cuando estuvo lo bastante lejos, cuando no fuera capaz de verla mostrar su emociones, empezó a llorar. Nunca, jamás, había sentido ese dolor. Calló al suelo, no quería levantarse, no la merecía la pena, solo quería quedarse ahí, gritar, gritar hasta que alguien la dijera que todo había sido una broma, que no le había conocido y que podía seguir con su vida normal. Cuando pasaron varias horas, dejó de llover, y regreso a su miserable apartamento. Se tumbo en la cama, puso su vinilo de Joan Jett and the Blackhearts, cogió su Fender roja, y empezó a tocar, al ritmo de la música, la canción de Crimson and Clover. Todo para ella, acabó ahí.